Muchas personas que viven alejados del mar y la playa y sobretodo aquellas que además viven en grandes urbes, esperan con creciente ansiedad la llegada de las vacaciones o simplemente de unos días libres, para disfrutar del mar y sus beneficios. Beneficios no solo físicos, sino también psíquicos y espirituales. Son muchas las personas que no sabrían dar una explicación concreta por la cual se sienten tan bien después de pasar unos días a la orilla del mar, pero son muchos los beneficios que nos aporta para nuestra salud.
Razones y beneficios.
1. Una cura anti-estrés.
Dar un tranquilo paseo al atardecer (o con las primeras luces del día) por la orilla de la playa, sentir el agradable roce de la brisa en tu cara, respirar profundamente el aire fresco del mar, escuchar el suave murmullo de las olas y sentir bajo tus pies desnudos el agradable tacto de la arena húmeda. Que cuerpo cansado y alma estresada no se relaja y libera todas las tensiones del día a día de una vida urbanita de trabajo y obligaciones ineludibles.
2. Las propiedades medicinales del agua de mar.
Por su composición mineral (posee yodo, zinc, potasio, magnesio y diversos oligoelementos) y su efecto antibiótico y antiséptico, el agua de mar se ha usado para la cura de diversas enfermedades, cómo el cólera, cirrosis, insuficiencia renal, problemas de desnutrición y de tiroides.
3. Ayuda a la cicatrización de las heridas y a combatir ciertas enfermedades de la piel cómo la soriasis.
4. Tienes dolores reumáticos, artritis, artrosis, molestias musculares… entonces lo ideal son los baños en el agua del mar. Andar con el agua por la cintura, nadar o simplemente dejarse flotar, constituye una excelente terapia que nos aliviara el dolor.
5. Respirar profundamente la brisa marina, nos ayuda a mantener sanas y despejadas nuestras vías respiratorias, ayudándonos contra la sinusitis y catarros.
6. Andar por la arena húmeda de la orilla, o con el agua por los tobillos, es un excelente masaje para nuestros pies y mejora la circulación sanguínea de nuestras piernas, previniendo la aparición de varices. Además la arena constituye un buen exfoliante natural para la piel de nuestros pies (se sabe de personas que se les ha curado el problema de “olor de pies” gracias a bañar los pies en el agua de mar).
7. Finalmente al estar paseando por la playa o bañándonos, nos beneficiamos de otro elemento importante para nuestra salud… la radiación solar. El sol es fundamental para la síntesis de la vitamina D, que nuestro organismo necesita para la correcta absorción del calcio por nuestros huesos, muy importante para aquellas personas que sufren de osteoporosis. Ayuda contra la soriasis y la ictericia. También fortalece nuestro sistema inmune y estéticamente da un mejor aspecto a nuestra piel. Eso si, la radiación solar es un cuchillo de doble hoja, si nos excedemos tomando el sol podemos tener graves problemas de piel e incluso oculares, por eso es importante usar cremas protectoras, unas buenas gafas de sol y en la medida de lo posible, evitar las horas centrales del día cuando el sol esta en su pleno apogeo.
Así que ya sabéis, cómo todo en la vida, tomemos lo justo y necesario sin excedernos y nuestra salud física y psíquica nos lo agradecerá.
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